5 de agosto de 2007

Recoger nuestras historias, contarnos lo que somos y no olvidar de dónde venimos

Construir la memoria de nuestro entorno
con los ladrillos de nuestros propios relatos


La historia de nuestras historias

En toda casa hay alguna foto, recorte o relato guardado por años en cajones, cuadernos y en la memoria.

Son documentos que permiten contar la historia de una familia, personaje o sucesos ocurridos en un entorno espacial concreto, en un barrio.

Son documentos que guardamos porque necesitamos transmitir a quienes nos sucedan, de dónde venimos. Y solemos hacerlo porque nuestra sencilla condición de humanos nos lo exige y por que sabemos que para tener claro hacia dónde uno va, es necesario tener siempre presente de dónde uno partió.
En ellos está la historia de nuestras familias, que no son historias aisladas. Son las historias de un grupo de personas que vivió en un tiempo concreto, en una comunidad, barrio, ciudad, país, bien concreto y por tanto, tienen elementos que pueden aportar a la historia de todos.
Poniendo en común algunas joyas de esos tesoros familiares, podremos construir una historia más amplia, que vaya, como nuestra propia vida, más allá de los muros de nuestras casas.
Las nuevas tecnologías de la información y la accesibilidad de los procesos de digitalización nos permiten compartir fotos, documentos, recortes o lo que tengamos en nuestras casas, sin desprendernos de ellos.

La calle 9 de junio es la excusa, pero la zona donde recoger materiales es bien amplia. La limitan nuestras vivencias, aquellos que reconocemos como vecinos y, porqué no, el valor de una buena historia.

La propuesta queda hecha.
Seguro que si nos ponemos en marcha a recoger y compartir materiales, nos vamos a alegrar de haber construido esta historia de nuestras historias.
Foto: Julio Scavino.

2 comentarios:

Cecilia Cabrera Martirena dijo...

Un abrazo Gigante a la barriada, una calle muy especial que en tiempos muy duros, los vecinos, supieron darnos a los niños y niñas un refugio lleno de calor humano y alegria. Se acuerdan de los bailes lluvia, las guerrillas de agua, las horas en los muritos de nuestras casas que nos vieron crecer. Siempre había lugar para uno más.

Anónimo dijo...

TE FELICITO ,JULIO ...QUE BONITO ALGUIEN QUE PLASME EN INTERNNET A ESTA CUADRA MARAVILLOSA Y QUERIDA...
CUANTOS RECUERDOS VIENDO ESTAS FOTOS.
UN ABRAZO
ROMERTO MÉROLA

roberche@gmail.com